NEURALGIA DEL TRIGEMINO
La neuralgia del trigémino, también conocida como prosopalgia, enfermedad suicida , o enfermedad de Fothergill
es un trastorno neuropático del nervio trigémino que provoca episodios de intenso dolor en los ojos, labios, nariz, cuero cabelludo, frente y mandíbula.
EN LA MEDICINA ALTERNATIVA Lo más importante es combatir las causas que provocan la aparición de la neuralgia del trigemino. con Tecnicas en las que el DR ALEJANDRO SMITH es experto , como la terapia neural, la biopuntura, la homeopatia y la acupuntura que ofrecen excelentes resultados en esta dolencia
ALGUNOS CONSEJOS ADICIONALES
Mientras el dolor de la neuralgia del trigemino está en la fase aguda es necesario que el enfermo esté tumbado en la cama en reposo absoluto durante algún tiempo.La habitación tendrá que estar a oscuras o con una luz muy tamizada y bien ventilada.
Mientras el enfermo permanece tumbado en la cama, hay que aplicarle compresas calientes de saúco y darle masajes desde el cuello hasta la nuca, por ambos lados de la cabeza aunque sólo le duela uno.
Las compresas pueden sustituirse por cataplasmas de arcilla de poco grosor y calientes. E ir disminuyendo el espesor de manera progresiva, al tiempo que se irá reduciendo el calor hasta llegar al frío.
Son muy recomendables los baños de sol y el baño vital a diario, pudiéndose repetir en un mismo día si el dolor que presenta el enfermo es muy intenso, esto será muy bueno para el tratamiento de la neuralgia del trigemino.
Se recomienda que antes de acostarse se tome un baño facial de vapores aromáticos durante 30 minutos. Mientras tomas el baño facial, puedes meter la cara dentro de la palangana y frotarte el lado dolorido con la mano durante 5 minutos.
Para hacer el baño facial tienes que mezclar previamente las siguientes hierbas: 25 gr de raíz de valeriana, 25 gr de flores de saúco, 25 gr de sumidades floridas de romera, 15 gr hojas de eucalipto y 10 gr de hojas de menta. Cuando tengas las distintas hierbas mezcladas, tienes que verter 3 cucharadas en medio litro de agua y llevarlo a ebullición.
En el caso que el dolor persista o sea recurrente, hay que administrarse chorros de agua fría en la espalda tres veces por semana antes de acostarse.